Sufeamos, en una playa que sólo los locales conocen; atardecer y olas para volver a sentirnos los dioses del mar.
Nadamos con "leopard sharks", tocamos uno (muy rapidito...) nos dicen que no muerden, pero son tiburones! y acojonan...
Las rutas caminando nos preparaban para los próximos días.
La mañana siguiente, de madrugada, cogimos el coche que se convertiría en un auténtico hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario